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Universidad Intergeneracional: un modelo pionero en Suramérica

La Universidad de Caldas clausuró la segunda cohorte de la Universidad Intergeneracional, pionera en Suramérica. Con 749 estudiantes certificados, este programa público y gratuito dignifica la adultez y la vejez mediante educación, cultura y bienestar, consolidando un modelo incluyente que ya suma 1.037 participantes en su primer año.

La Universidad de Caldas pionera de este programa clausura su segunda cohorte

 

Manizales, diciembre de 2025. La Universidad de Caldas celebró la clausura de la segunda cohorte de la Universidad Intergeneracional, un programa único en Suramérica que dignifica la adultez y la vejez a través de la educación, la cultura y el bienestar. Con dos ceremonias —una presencial en el Teatro 8 de junio y otra virtual— se certificaron 749 estudiantes, consolidando un año de crecimiento y reconocimiento para esta apuesta pública que ya suma 1.037 personas certificadas en su primer año de funcionamiento.

 

La Universidad Intergeneracional nació con un propósito claro: ofrecer espacios de aprendizaje continuo, creación y encuentro que fortalezcan la autonomía y la participación activa de las personas mayores. En un contexto demográfico marcado por el envejecimiento acelerado y el descenso de los nacimientos, este programa transforma el reto en oportunidad, reconociendo la experiencia y el potencial de quienes superan los 60 años y abriendo caminos para que la educación sea verdaderamente incluyente y abierta a todas las generaciones.

 

Una propuesta innovadora

El programa, liderado por la Universidad de Caldas con el apoyo de la Fundación Luker y Procaldas, se ha convertido en referente nacional e internacional. Su carácter público y gratuito lo diferencia de otras iniciativas similares en Colombia y lo posiciona como pionero en Suramérica. La Universidad Intergeneracional articula cursos certificados de 48 horas en áreas tan diversas como historia, género, arte, ciencia, tecnología y producción de alimentos, además de actividades culturales, recreativas y de acompañamiento psicosocial.

 

Durante 2025, la primera cohorte certificó a 288 personas en 11 cursos y 12 grupos. La segunda cohorte amplió la oferta a 22 cursos y 23 grupos, con 533 estudiantes en modalidad presencial y 216 en modalidad virtual. En conjunto, ambas cohortes impactaron a participantes de 85% de los barrios de Manizales, seis veredas y cinco municipios adicionales: Neira, Villamaría, Palestina, Riosucio y Chinchiná. Este alcance territorial confirma la vocación inclusiva del programa y su capacidad de transformar comunidades.

 

Testimonios que inspiran

La experiencia de los estudiantes refleja el impacto del modelo. “A mis 62 años nunca imaginé volver a estudiar y disfrutarlo así. He encontrado amigos, comunidad y un espacio donde me siento útil, con mucho por aportar”, expresó Gloria Patricia Bueno, participante de las dos cohortes. Por su parte, Yolanda Zamora Lema, estudiante del curso Crear con Tecnología, afirmó: “Por primera vez en mi vida estoy aprendiendo por el gozo de aprender. Este ha sido el mejor grupo, con profesores cercanos y un ambiente que me motiva siempre a regresar”.

 

Los docentes también han vivido transformaciones. Sara Posada Ramírez, profesora del curso Conexión Natural, destacó: “El proceso ha sido muy oportuno por los aprendizajes brindados a una comunidad con enorme entusiasmo. Como docente y como persona, este programa me ha generado transformaciones profundas: interiorizar lo intergeneracional en la vida misma, valorar lo que esta generación tiene para transmitir y construir puentes desde la experiencia profesional”.

 

Un modelo integral

La Universidad Intergeneracional no se limita a la formación académica. Incluye componentes de ocio cultural activo, talleres en el Centro de Museos y el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, actividades deportivas y recreativas, así como acompañamiento psicosocial. En 2025 se realizaron 210 horas de intervención psicosocial y se impactaron 367 personas en actividades culturales y artísticas. Este enfoque integral responde a la necesidad de construir una sociedad más equitativa e incluyente, donde la adultez y la vejez sean valoradas como etapas de vitalidad y creatividad.

 

Perspectivas y retos

La clausura de la segunda cohorte marca un hito en la consolidación del programa. “La Universidad Intergeneracional nace con un propósito muy claro: aportarles a las personas mayores elementos para un envejecimiento exitoso, saludable y pleno”, señaló Darío Arenas Villegas, vicerrector de Proyección Universitaria. De cara a 2026, la Universidad de Caldas proyecta abrir la primera escuela de verano con talleres transdisciplinares, continuar con cohortes de más de 20 cursos y fortalecer las estrategias de ocio cultural para recorrer la ciudad y la región desde el arte, la cultura y el patrimonio.

 

Un referente para Suramérica

La Universidad Intergeneracional de la Universidad de Caldas se posiciona como pionera en Suramérica en la educación para personas mayores. Su carácter público, gratuito y territorial, sumado a la magnitud de sus resultados en tan corto tiempo, la convierten en un modelo replicable y en un referente para otras instituciones que buscan responder al desafío del envejecimiento poblacional.

 

La clausura de la segunda cohorte no solo celebra el logro de 749 estudiantes certificados, sino que reafirma el compromiso de la Universidad de Caldas con la construcción de una sociedad más justa, incluyente y consciente del valor de todas las generaciones. En palabras de sus protagonistas, este programa es mucho más que educación: es comunidad, es esperanza y es futuro compartido.

 

La clausura de la segunda cohorte no solo celebra el logro de 749 estudiantes certificados, sino que reafirma el compromiso de la Universidad de Caldas con la construcción de una sociedad más justa, incluyente y consciente del valor de todas las generaciones. En palabras de sus protagonistas, este programa es mucho más que educación: es comunidad, es esperanza y es futuro compartido. A continuación, transcribimos las palabras del economista José Luis Gutiérrez Noreña en la clausura de este evento.

 

Despedida segunda cohorte Universidad Intergeneracional, Manizales. Universidad de Caldas

Por José Luis Gutiérrez Noreña
Respetuoso saludo:

 

Tomo en préstamo una cita de Mario Benedetti (1920-2009) como introito para esta corta reflexión sobre nuestra experiencia al volver, después de algún tiempo, al salón de clases, en desarrollo del acertado proyecto de la Universidad Intergeneracional. Dice en el libro “El porvenir de mi pasado”, capítulo “Pasos del hombre” página 88: “Así, hora tras hora, día tras día, los pasos del hombre lo fueron acercando a la armonía final de la memoria. El espejo le devolvió canas y arrugas, ceño y ojeras, ojos grises de desconcierto, pero también un halo de esperanza. Y bueno, decidió afiliarse a ese fulgor mínimo y con él se abrió paso en la maleza, convencido de que ahí nomás empezaba el futuro. Y así era.”

 

Pues bien, nos encontramos con la convocatoria de la Universidad de Caldas denominada “Intergeneracional” donde avanzamos con paso firme, desafiando prejuicios y mitos, transferidos a nuestra generación por la costumbre. Rotos ellos, aquí estamos como testimonio vivo de que “querer es poder” y que, para esparcir luz, “Lumina Spargo”, la edad no importa. Que no somos tan distintos; que todos, tengamos veinte u ochenta años buscamos lo mismo: sentirnos útiles, sentirnos escuchados y sentirnos parte de algo más grande, la construcción de acuerdos en la diferencia para promover una vida en armonía y en paz.

 

Resultado: en los pasillos y aulas convivieron durante meses, el ímpetu juvenil con la parsimonia de la experiencia, las pintas descomplicadas con la formalidad adulta, el brillo de las pantallas con el silencio de las libretas de apuntes, las risas sin control con las miradas cómplices de los nuevos habitantes, la prisa por el horario con los pasos tranquilos del deber cumplido. Celebramos que, en estos espacios compartidos logramos construir un puente donde transitaron libremente todas las profesiones y todos los niveles, sin obstáculo alguno.

 

Gracias por la valentía de cruzar el puente generacional. Gracias por demostrar que aprender es la única forma de mantenerse eternamente vivo.

Honrado me siento, como el que más, por esta oportunidad para dirigirme a ustedes en este día especial, donde recibiremos la certificación escrita de nuestro encuentro con el mundo universitario. Para algunos, quizás la primera vez, para otros, un revivir de emociones de los años juveniles o la alegría por repetir la ceremonia cuando culminamos la primera cohorte, ahí me incluyo.

 

Hoy en este recinto veo caras conocidas y otras no, pero que indican una trayectoria importante, tal vez con años de formación, otros con la sabiduría práctica del hogar, la fábrica, el comercio, mezcla de teorías académicas y el sentido común que da la escuela de la vida. Se pensaría que esa disparidad sería un obstáculo, que el ingeniero no entendería al artista, que el académico no toleraría al autodidacta, que la abogada no aceptaría como par al ama de casa. Por fortuna, estábamos equivocados. La tolerancia, primer desafío superado; las jerarquías educativas se disolvieron, solo importó el valor de las ideas y el respeto mutuo.

 

Ahora somos menos temerosos con la universidad; más abiertos y desbaratamos suposiciones erróneas, borramos estereotipos. Tenemos mucho en común. Caminamos hacia la misma meta no obstante los diversos relatos de vida. Estar dispuestos a conocer y escuchar a los demás es un acto de dignidad, segundo desafío superado. Seguimos, por tanto, construyendo historia.

 

Hago eco del agradecimiento a todas las instancias de la Universidad de Caldas, desde las directivas, profesores, equipo de bienestar, personal administrativo. Resaltamos el compromiso con este programa, ejemplo de inclusión.

 

Abrazamos con alegría y entusiasmo este proyecto. El voz a voz es nuestro canal de mercadeo y esperamos que en el año 2026 se atiborren las aulas con cabezas blancas y almas rejuvenecidas. Nos llevamos el conocimiento técnico de los cursos, pero la verdadera lección que guardaremos en nuestros corazones es que rejuvenecemos cuando compartimos un ideal.

 

Para todos, sin excepción, un nuevo año pleno de optimismo y paz.

 

Manizales fue declarada la mejor ciudad para vivir en Latinoamérica en 2025 por el premio ONU-Hábitat LATAM, nosotros por nuestra parte, declaramos a la Universidad de Caldas, con su programa intergeneracional, como la mejor Alma Mater para “convivir”.

 

Gracias.

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