Caja de Resonancia

Rincón de Timoteo

Crónicas del Imaginario

Por amor a Salamina

Proyecto Salamina

María Corina Machado y el clamor por una Venezuela libre

La Revista de Caldas, como librepensadores, celebra el Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado. Este reconocimiento internacional visibiliza la lucha por una Venezuela libre y democrática, y reafirma el compromiso latinoamericano con los derechos humanos, la justicia y la esperanza de un futuro sin dictaduras.
Maria Corina Machado por Venezuela

En La Revista de Caldas, como librepensadores comprometidos con la dignidad humana, la justicia y la libertad, no podemos permanecer indiferentes ante los acontecimientos que estremecen el alma de América Latina. La entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder venezolana María Corina Machado no es solo un reconocimiento internacional: es un grito profundo que atraviesa fronteras, una señal de esperanza para los pueblos que aún luchan por respirar libertad.

Desde nuestro equipo editorial, que extiende su mirada desde las montañas de Caldas hasta los vientos de la Patagonia argentina, sentimos que este galardón no pertenece únicamente a una mujer valiente, sino a millones de venezolanos que han resistido con coraje el peso de la represión, el exilio, la censura y el hambre. Machado, perseguida por el régimen de Nicolás Maduro, ha encarnado durante años la voz de quienes no pueden hablar, el rostro de quienes han sido borrados de los registros oficiales, y la voluntad de quienes, pese a todo, siguen creyendo en una Venezuela democrática.

La ceremonia en Oslo, donde su hija Ana Corina Sosa recibió el premio en su nombre, fue más que un acto simbólico. Fue la confirmación de que la lucha por los derechos humanos no conoce fronteras ni silencios. Machado no pudo asistir por razones de seguridad, tras un viaje clandestino que incluyó una travesía en bote hacia Curazao. Su ausencia física fue suplida por una presencia moral que conmovió al mundo. En su discurso, leído por su hija, se escuchó con claridad: “He venido a contarles una historia, la historia de un pueblo y su larga marcha hacia la libertad”.

Desde La Revista de Caldas abogamos por una Venezuela libre. No como consigna vacía, sino como convicción profunda. Porque sabemos que la libertad no se mendiga, se construye. Y porque entendemos que el destino de nuestros pueblos está entrelazado por la historia, la geografía y la sangre. Lo que ocurre en Caracas resuena en Bogotá, en Lima, en Buenos Aires, y también en Neuquén, donde cada palabra escrita lleva el eco de quienes no pueden escribir.

La situación en Venezuela es crítica. Más de siete millones de personas han abandonado el país en los últimos años, huyendo de la miseria y la persecución. La inflación ha pulverizado los salarios, los servicios públicos se han colapsado, y la democracia ha sido sustituida por un aparato autoritario que criminaliza la disidencia. María Corina Machado ha sido inhabilitada políticamente, perseguida judicialmente y obligada a vivir en la clandestinidad. Sin embargo, su voz ha cruzado océanos.

El Nobel de la Paz no resuelve la crisis venezolana, pero la ilumina. Es un faro que señala el camino, que recuerda a los gobiernos del mundo que no pueden mirar hacia otro lado. Es también un llamado a los ciudadanos latinoamericanos para que no normalicen el sufrimiento ajeno. Porque la indiferencia es la forma más sutil de complicidad.

Para nosotros, este premio tiene un significado doble. Por un lado, reivindica el papel de las mujeres en la defensa de los derechos humanos. María Corina Machado se suma a figuras como Malala Yousafzai, Rigoberta Menchú y Ellen Johnson Sirleaf, mujeres que han transformado el dolor en acción. Por otro lado, nos interpela como comunicadores. Nos recuerda que el periodismo, la crónica, la palabra escrita, son herramientas de resistencia. Que cada artículo puede ser una barricada contra el olvido.

En La Revista de Caldas creemos en el poder de la palabra. Por eso, celebramos este Nobel como una victoria de la verdad sobre la propaganda, de la memoria sobre la censura, de la esperanza sobre el miedo. Y lo hacemos con humildad, sabiendo que nuestra tarea es seguir contando historias, seguir abriendo espacios para el debate, seguir escuchando las voces que el poder quiere silenciar.

La historia de Gonzalo y Josefina, que narramos en otra de nuestras publicaciones, hablaba de reencuentros silenciosos. Hoy, la historia de Venezuela nos habla de un reencuentro con la dignidad. De una nación que, pese a los golpes, se niega a rendirse. De una mujer que, desde la clandestinidad, ha logrado que el mundo mire hacia su país.

No sabemos qué ocurrirá en los próximos meses. Pero sí sabemos que el Premio Nobel de la Paz 2025 ha marcado un antes y un después. Que la lucha por una Venezuela libre ha sido legitimada por la comunidad internacional. Y que nosotros, como librepensadores, como cronistas, como ciudadanos, no podemos callar.

Desde Salamina, desde Caldas, desde la Patagonia argentina, enviamos nuestra solidaridad a María Corina Machado y al pueblo venezolano. Que este premio sea el inicio de una nueva etapa. Que la paz no sea solo un galardón, sino una realidad construida día a día. Que la libertad vuelva a ser costumbre en las calles de Caracas.

Y que nunca olvidemos que el silencio, cuando es cómplice, también es violencia. Por eso escribimos. Por eso publicamos. Por eso seguimos creyendo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pasar a Modo Oscuro